04 junio, 2013

Mazatlán



Llegamos al aeropuerto y de ahí salían unas combis para el centro, que era lo más barato para tomar, ya que no había colectivos de línea. Lo bueno es que vos le decías a donde ibas y te dejaban en la puerta, tipo taxi.
Habíamos buscado un hostel por internet que estaba en CouchSurfing y decía que se podía trabajar, pero el dueño no nos había contestado, así que fuimos directamente a ver que pasaba...


21 de Abril de 2013

 El hostel de afuera parecía una casa, va, era una casa con varios cuartos, pileta, una cocina muy linda y unos sillones con un LCD espectacular que tenía NetFlix, donde vos podés elegir que película querés ver.
Lo malo es que el dueño nos dijo que por ahora no necesitaba a nadie para trabajar porque tenía todos los puestos ocupados, lo bueno es que por sentirse mal de no poder ayudarnos con eso nos dejó el precio mucho más barato!!!
Cabe aclarar que todos en el hostel hablaban en inglés, solo encontramos una chica mexicana entre tantos gringos!!!
La primera impresión de Mazatlán mientras íbamos en la combi no fue buena, hasta llegamos a pensar ”en donde nos estamos metiendo?”, pero después al llegar a la zona dorada ya cambiaba la cosa y cuando salimos a explorarla realmente nos encantó!!!
Al otro día nos alquilamos una bici en el hostel por $30 mexicanos el día (baratísimooo) y con ese vehículo feroz realmente aprovechamos para recorrer mucho. 

Hay que saber reconocer a los deportistas...

Nos fuimos por todo el malecón, que es considerado uno de los más grandes del mundo con 21 km de largo, y después de varias subidas costosas y bajadas veloces, llegamos al faro, (como 7 km desde el hostel) donde se puede subir y supuestamente se obtiene una vista muy buena de la ciudad. Gordura no quería subir para nada, pero yo al decirle que no me deje ir solo, me acompañó. Había que subir un cerro (aproximadamente 20 minutos) en el que te sentías muy solitario y no se veía casi gente, eso sumado al exuberante calor que hacía, hizo que el trayecto realmente se nos haga bastante duro. Es más, hasta en una parte Gordura se sentó y plantó bandera porque no podía más y estaba muy acalorada, así que seguí camino solo. Cuando llegué a la cima fue una decepción total, ya que el faro no era un faro tradicional, sólo la lámpara giratoria, una casita vieja, y las vistas nada del otro mundo. Por adentro pensaba “menos mal que Gordura no subió porque sino me iba a decir que tenía razón”, y justo cuando estaba por empezar el descenso, la veo venir a la Gorda… Con una sóla mirada le leí sus pensamientos!!!


Subidita al Faro

Bajamos rápido por miedo a que nos roben las bicis ya que habían quedado solitas (las habíamos atado pero pero igual se sabe que las cadenas las pueden cortar) pero por suerte no hubo de que alarmarse. Seguimos camino y paramos en un puestito callejero a comer algo. Vendía todas cosas de coco y mariscos: agua de coco, tosticoco, mariscoco, ceviche y no sé que más… Elegimos probar el mariscoco que es algo así: abren el coco, le sacan el jugo (y te lo dan en una bolsita para tomarlo) y la “pulpa”, mezclan el marisco (crudooooo!!!! Esa parte no la sabíamos hasta que nos lo dieron) con limón, la pulpa, jugo de Clamato, cebolla, ají y chile en polvo.

La Parolaccia


Agüita de coco para calmar la sed

El auténtico Mariscoco

Probarlo fue una mezcla de sensaciones: no se puede decir que es feo porque no lo es, no se puede decir que es excelente y lo comerías una y otra vez, porque tampoco, es raro comer el marisco crudo, (ya de por sí no me gusta la paella, los mariscos y los frutos de mar) pero tiene algo que atrae… su frescura quizá con semejante calor… No sé, quizá una vez que te acostumbrás lo podés saborear mejor y hasta quizá llegás a amar esta mezcla loca…
Gordura, como siempre, pide las cosas para probar pero cuando no le gustan me las pasa a mi, así que me tuve que clavar todo el mariscoco solo, y el pescadito crudo, después de un rato, se siente!!!
Paramos en otro bar para comprarle unas papas fritas al chanchito que tenía hambre por no haber querido comer, y después nos fuimos a la playa a saciar el calor. La playa es muy linda, aunque en algunas zonas del malecón hay rocas y no se puede bajar. Hay casas que se ven arriba de los acantilados que parecen mansiones… esas si que tienen una vista envidiable!!!






También con las bicis aprovechamos y nos fuimos a conocer el viejo Mazatlán, que es como a mitad de camino desde el faro a donde estaba nuestro hostel. Tiene un estilo colonial, con casitas pintadas de todos los colores, callecitas angostas y muy pintorescas, muy lindo para ver y caminar por ahí. La parte principal es donde está la Catedral Basílica Menor de Mazatlán, dedicada a la Purísima Concepción y su correspondiente plaza. También la Plazuela Machado y el Teatro Ángela Peralta.

Catedral

Calle de la Plazuela Machado


Cuando volvíamos buscamos un supermercado por todos lados, y como sólo veíamos pequeñas tiendas y Oxxos (clásicos lugares acá en México tipo los Open 24 hs de Baires) tuvimos que preguntar si había alguno. Estaba como metido para adentro pero lo encontramos y era enorme!! Ahí compramos cosas que nos faltaban y cosas para cocinar en el hostel.



Ibamos de regreso y nos sorprendió ver todo el malecón repleto de gente: caminando, trotando, andando en rollers, en bici, en skate, haciendo ejercicio… pensar que a la tarde no habíamos visto casi gente y ahora parecía una pasarella. Cuando ves algo así te queda una sensación muy linda del lugar, te sentís muy seguro, alegre, en paz, y encima cuando el sol empezó a caer y nos regaló un atardecer espectacular queríamos que el tiempo se congele…




Al día siguiente teníamos que hacer el check out del hostel a las 11 am, entonces le preguntamos al dueño si nos permitía quedarnos hasta la noche ya que habíamos sacado los boletos del bus para las 23 hs y así aprovechar y no pagar una noche más de hospedaje, el cuál nos respondió...

Continuará...

(Tiemblan Adrián Suar y Cris Morena....jajajaja)

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