Puerto Vallarta

Le preguntamos al dueño del hostel de Mazatlán si nos permitía quedarnos hasta la noche ya que habíamos sacado los boletos del bus para las 23 hs y así aprovechar y no pagar hospedaje, el cuál nos dijo que sí, que no había ningún problema.

Al día siguiente, viajamos para Puerto Vallarta. El micro tenía que llegar a las 7:30, cosa que nos pareció muy extraño porque en nuestros relojes marcaban las 6:30 y nunca se adelantan tanto... 

25 de Abril de 2013

Como no teníamos hostel reservado hicimos tiempo en una cafetería para darle tiempo a los lugares de que abran y se organicen un poco.

Después de un rato vimos en el reloj de la cafetería que ya eran las 9:00 y pensamos ”que rápido pasó el tiempo”, cuando quisimos corroborarlo, nos dimos cuenta que en Puerto Vallarta cambiaba el horario y había una hora de más, y ahí completamos el crucigrama.

Tomamos el camión(acá a los colectivos le dicen camión) de línea hasta el centro y fuimos a un hostel que encontramos en internet. El lugar se llamaba Bed &Pizza, y los precios ya eran muy diferentes a lo que habíamos pagado en Mazatlán, al ser más turístico, más duele…

Fuimos a un laboratorio a revelar algunas fotos que nos gustaron para hacer cuadritos y probar algo de suerte con eso y luego a dar un primer paseo por el lugar, pero como en el bus no habíamos podido dormir, estábamos muertos de sueño y no estábamos disfrutando de la caminata, así que volvimos para el hostel y nos dormimos una preciosa siesta. Era un cuarto compartido de 12 camas pero estábamos solos, así que nos manejábamos con mucha tranquilidad. Nos despertamos como a las 21 hs con ganas de trabajar, así que empezamos a armar los cuadritos para poder tener algún ingreso.

Al otro día decidimos ir a Sayulita, un lugar que habíamos investigado y nos había parecido muy copado y diferente de Puerto. Nos fuimos caminando hasta la parada del colectivo de línea que quedaba a varias cuadras y pagamos $30 por persona. Antes de partir suben numerosos vendedores, uno de ellos vendía “bolis” que son ni más ni menos que los clásicos “Naranjú”.

Después de una hora llegamos a Sayulita y está padrísimoooo!!! Tiene una energía muy positiva, muy hippie chic… Muchos barcitos, un lugar muy surfer, callecitas empedradas… 

En la playa te alquilaban tablas de surf y daban clases, había carpas donde hacían masajes, vendían muchos vestidos playeros, todo cerraba para que el pueblito tenga su encanto y su toque distintivo.

El mar no se veía con buenas olas para el surf, eso me sorprendió, pero será un lugar que lo usan para aprender… o no era el día adecuado… no sé.

En la arena se podían ver unos destellos dorados que eran impresionantes!!! Era como si hubieran tirado brillitos por toda la costa!!

 El agua cálida, magnífica, te veías todo el cuerpo completo, se dejaba ver de un tono verde esmeralda…

Otra cosa que nos habían recomendado es ir a la ”playa de los muertos”, que se llama así porque para llegar a ella tenés que atravesar caminando todo el “Panteón” (cementerio). Algo loco, morboso, aterrador, pero que lo convirtió en un lugar turístico, aunque sea difícil de creer. La playita de los muertos es más cerrada, chiquita y con el mar más tipo ”olla” que la otra, diferente  pero igual de linda.

Como fuimos a conocer solo en el día, nos fuimos rápido a Bucerías, que queda de camino a Puerto Vallarta. Nos bajamos del camión medio tarde, ya en el atardecer, pero como el lugar es extremadamente chico, en unos pocos minutos podés recorrerlo. 

El centro es alrededor de la plaza, y si querés ser generoso podés sumarle una o dos callecitas más. Entramos en la Iglesia, caminamos un poco, disfrutamos del atardecer en el mar y nos fuimos a tomar de nuevo el colectivo a la ruta.

Antes pasó una camionetita tipo Adrogué Bus (un poco más baqueteada) que nos frenó y nos dijo que iba a Vallarta, y como salía lo mismo, nos fuimos en ella que íbamos a llegar mucho más rápido.

Al día siguiente fuimos a recorrer un poco Vallarta que todavía no lo habíamos hecho. Caminamos por su malecón en donde hay muchos bares y restaurantes pero muy muy yanquis, por eso mucho no nos gustó el lugar, porque también así son los precios. Muchas promociones de cervezas y mucho menú de hamburguesas como le gustan a los gringos!!!

También hay varios lugares de turismo que te ofrecen la excursión de “El Edén” (que es el lugar donde se filmó el depredador) y la excursión en barco para ir a Los Arcos, Las Animas y Quimixto.

Nos quedamos un rato en la playa que no es fea pero en comparación con Mazatlán y Sayulita sale perdiendo, aunque el atardecer se ve muy bonito!!

También vimos un casamiento que parecía de nivel, pero al lado, la gente bañándose en el arroyo hacía que la situación fuera súper bizarra!!!

Al anochecer vimos el verdadero atractivo de Puerto Vallarta: el malecón lleno de gente, los bares con música e iluminados, los restaurantes en la playa con antorchas que le dan un romanticismo especial y mucha vida nocturna, pero como nosotros mucho no salimos de noche no la pudimos disfrutar como se merece.

Otro lugar para conocer es Nuevo Vallarta, que ya es más nuevo, más turístico y lleno de hoteles, pero no quisimos quedarnos más tiempo por estos lugares así que no llegamos a conocerlo.

También para los interesados en la selva y las cascádas, hay un lugar que habíamos investigado muy bonito llamado “Yelapa”, pero para llegar hay que ir en un taxi-barco que era algo caro, por lo que decidimos no ir.

Cambiamos la zona de playas para adentrarnos en el centro de la ciudad y conocer un poco más de la cultura mexicana en un lugar que tanto nos recomendaron como es Guanajuato…